jueves, 24 de septiembre de 2009

Añoranzas sutiles

La añoranza es algo físico, es algo material y sólido que se puede sentir en los dedos aunque no se pueda tocar.

La siento en mis labios cuando mi boca habla y no es a tí.
La siento en mi frente que busca tu pecho y no encuentra apoyo.
La siento en mi espalda, vacía de abrazos, y en tus hombros que no me levantan más...

Creo que la solidez viene del hecho de que tu presencia es aerea... Lo cual es bueno porque puedo invocarte a placer. Igual puedo disolverte a placer si te me vuelves doloroso. Eso es bueno también.

Afuera cae la lluvia sobre visiones que no tuviste y me alegro porque así seguirán siendo nuevas cuando las quiera compartir con otro.

Con otro que me escuche y conteste.
Otro que soporte mi frente y contenga mis ánimos.
Otro que disfrute mis abrazos, mis piernas y mi olor.

Lo imagino dulce, como no eres tú. Lo imagino afectuoso, como no eres tú. Lo imagino amoroso, mucho, mucho más que tú.

Lo imagino firme, seguro de lo que entrega y gozoso de recibir. Lo imagino capaz de reconocer mi magia... La misma que he aprendido a usar, transformando la oscuridad en oro y la soledad en amor. En mi laboratorio interno sopeso las dudas, disecto los temores, y sublimino los deseos.

Mi alquimia secreta e invisible logra mi regreso.

                                                                  Y la fe se transforma en paz.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Abriendo caminos

Esta mañana entré a la ducha sintiendome un poco intelectual, y como música de fondo elegí a Björk (quizás este sea un buen momento para informarles que en mi vida SIEMPRE hay música de fondo. Qué los demás la escuchen o no, es irrelevante, pero en este caso, sí la escuchaban.). Todo iba bien, el jabón burbujeaba contento cuando sonó la siguiente canción de la lista. Era Diego Torres cantando a dúo con Juan Luis Guerra "Abriendo Caminos". Inmediatamente cambió mi entorno, era un poco como si se hubiera encendido una bola disco arriba de la ducha, los reflejos cristalinos en las bombas de jabón, no sé... el hecho es que terminé de bañarme bailando.

martes, 22 de septiembre de 2009

Ironías abandonadas (de la serie cuentos cortos)

Luz está enamorada de sí misma.
Todos los días al despertar mira al espejo y se dice a si misma lo hermosa que es, lo plena que se siente, lo bien que están las cosas en el mundo. Entonces, se ajusta un rizo rubio, se sonríe seductoramente y se lanza a enfrentar la vida.

En su trabajo no hay ninguna duda de que tienen suerte de contar con ella, por lo mucho que entrega a su labor, y porque de hecho es una mujer brillante, física e intelectualmente. Más de una vez ha tenido la oportunidad de compartir sus ideas y conocimientos con otros, menos afortunados en cuestiones de cultura y de educación, y ha visto en sus ojos encenderse la luz, la misma luz de su nombre.

Inicios...

Aquí estoy, como siempre frente a la ventana, viendo la brisa jugar en los árboles y respirando profundamente para convencerme de que estoy viva. De que esto es real y de que es mi lugar en el mundo.

Me sorprende la cantidad de realidades que englobo en mi mente, en un dar y girar he visto entrechocarse todas las posibilidades que poblan el espacio: estoy aquí, vestida de negro, con lapiz de labio y sonriendo enigmáticamente; estoy aquí, la cara límpida y la mirada pura, dispuesta a desvanecerme en el viento; estoy aquí, de lentes y cola, relativizando todo y con cosas banales que hacer; estoy aquí y es ayer, o mañana, o nunca...