domingo, 21 de febrero de 2010

soy...

Yo soy de Mario y de Carmen, del Arco de Notre Dame y de la Sainte Chapelle, soy de pains au chocolat y tartaletas de grosellas, soy de baguette y de queso brie, soy de tortilla tostada y de duro viejo, soy del Flor y del lago de Coatepeque, soy de Le Marais y de los tejados Santanecos, soy del merendero san Nicolás, de pupusas de queso y de loroco, soy del vino tinto y soy del agua pura, soy de iglesias góticas y del sol del mediterráneo, soy del oceano pacífico y del lago de Atitlán, soy de besos y caricias, de mis risas y de las carcajadas de mi papá, de las sonrisas tímidas de mi mamá, de los abrazos plenos de mi abuelita y de los consejos sabios de mi tía. Soy la luna y también el sol, soy viajes y mareas, soy amiga de los robles, de los sauces y del maquilishuat, soy sopa de lentejas y sopa de frijoles, soy del frio invernal, de la nieve y de las narices rosadas, soy de la arena blanca de mi playa, y del sol radiante sobre el volcán. Soy nubes y recuerdos, vientos y brisas, soy del Sena, del Lempa y del bosque de Vincennes, soy de caballos y de perros, de gatos y  conejos, soy de amigos que se van y de otros que siempre están, soy de niñas amorosas y de hombres olvidadizos. Soy colochos al viento y gritos de alegría, soy instantes de dolor y también grandes victorias, soy el soldado desconocido, y la guerrera sin miedo, soy del Arco del Triunfo y de la torre Eiffel, de la casa de una abuela y del apartamento de la otra, soy mares nórdicos y aguas tropicales, soy piscinas en el sol, galopes en la nieve, cielos estrellados y betún bajo mis pies, soy atardeceres y amaneceres, soy rescatadora de aves y aprendíz de jardinera, soy de mi cocina, de mis recetas y de mis especies, soy té verde y mandarinas, soy de mis dibujos, de mis canciones, soy del día y de la luz, y de la noche y de los sueños, soy de Gompas, de Budas y de malas, de mantras susurrados con placer, soy de libros y cuadernos, de postraciones y de asanas, soy niña y soy anciana, soy de Paris y soy de Sibar, yo soy de aqui y soy de allá, y también -la mayoría del tiempo- soy feliz.

domingo, 14 de febrero de 2010

Acerca del amor

Tal parece que sobre este tema nunca se dice suficiente, y poco de lo que se dice se consigue explicar satisfactoriamente a los amigos. Aparentemente el tema es delicado, verán, el amor es esencial - en el sentido más puro de la palabra - para el ser humano, es decir que es la esencia misma de existir, de estar vivos en este precioso cuerpo. "Los átomos se mantienen unidos por amor" (Lama Ole Nydahl). Recientemente he entendido mucho sobre el tema, claro está que basado en mi experiencia personal y en mis aprendizajes, pero quizás a ustedes también puedan sugerirle algo...

En primer lugar permitánme decirles algo: El amor sólo está compuesto de luz, el amor es libertad, el amor es aceptación. Parafraseando a mi amada maestra y amiga Lena Leontyeva, sepan que el amor es desearle al amado que sea feliz, que tenga la felicidad y las causas de la felicidad; si él es feliz con o sin mí, entonces sé que él estará bien. Por eso le ofrecemos nuestras acciones positivas, porque la felicidad nunca proviene de algo externo, y son estas la verdadera causa de la felicidad.

Si el amor es esta felicidad totalmente y absolutamente libre de ego, no experimenta sufrimiento. El amor no conoce el orgullo porque reconocemos en el amado su más alta naturaleza, tampoco el dolor del apego, que nos perturba tanto cuando las cosas no ocurren como nosotros lo deseamos. No se permite los celos, sino que mejor enfoca su atención y energía en otra parte. El amor llena de luz nuestras vidas, y deja de ser si mismo cuando las oscurece. Al amor sólo podemos conocerlo al aceptarnos a nosotros mismos y a la otra persona, a la situación.  Al amor no hace falta poseerle, porque entonces se pierde en las nieblas de la ansiedad. Si permanecemos libres se experimenta la bendición de reconocer, apreciar y sobretodo, como recientemente me dijo una gran amiga, de respetar el amor que te dan.

La amenaza de los corazones rotos ha apagado el fuego de muchos. Son tantos los que ven su corazón endurarse frente al miedo de sufrir. Los corazones rotos tienen muchas más víctimas que Romeo y Julieta, y es uno de los dolores más profundos que podemos llegar a sentir. Sin embargo, para los que prefieren crecer en sabiduría viendo las cosas como son, sin agregarle drama ni tomarse las cosas personales, los corazones se recuperan (rapídisimo, ¡si se puede!!) y entonces logran abrirse de nuevo, porque se saben protegidos por la sabiduría que nos entrega atravesar el fuego del dolor.

Por eso, agradece por el amor que te fue dado, por el que tuviste la maravillosa oportunidad de dar, y por los momentos bonitos que te fue dado vivir. El amor siempre es una bendición. Siempre es un regalo que te permites experimentar. Los pleitos horrorosos, gritos y resentimientos, celos y recelos, juegos de poder y manipulaciones, son todas grandes experiencias de crecimiento, cada una enseñándonos lo que no deseamos volver a vivir jamás. El sexo grandioso, los besos acaramelados, los abrazos dulces y apretados, manos suaves, hombros sólidos, momentos de intimidad, verguenzas compartidas, secretos bien guardados, son algunos de los regalos bondadosos del amor. No hay nada más romántico que una sencilla mirada compartida, una conexión de un segundo, de una noche, de un mes, de un año, para algunos de una vida... El amor es ma-ra-vi-llo-so. De hecho quisiera oficialmente agradecer a todos mis maestros por todas sus lecciones, de las más amorosas hasta las más crueles, a todos los hombres que he amado... un enorme ¡GRACIAS!

Perdamos el miedo a entregarnos de nuevo, abrámonos a la oportunidad de convertirnos en personas mejores, en agentes de ternura, y de eterno respeto.  Y, como diría otra de mis sabias amigas  "seamos felices y demosle un regalo al mundo".

¡A amar se ha dicho!

domingo, 7 de febrero de 2010

"Mujeres como nosotros"

Querida Lauri:

¡Estoy encantada de leerte!!! Que buena autobiografia! Cuánto hubiera querido conocerte cuando desembarqué en El Salvador, adolescente y herida de muerte. Vine de París, donde habia vivido toda mi corta vida, y me encontré de repente vestida de negro y de duelo, encerrada en Santa Ana como Rapunzel en su torre, pero sin trenza que me ayudara a escapar. Y, a pesar de que le abrí la puerta a cuanto príncipe aparecía, sin importar que se convirtieran todos en sapo con el primer beso, ninguno logró salvarme - francamente, dudo que alguno pudiese.

Mis dias como princesa de cuento de hadas fueron contados - 365 - pero nunca encontré "gatas locas", las sectas de salvación para las indómitas y contrarias aún no existían entonces. Siento que cumplí mi destino o demasiado tarde o muy temprano pues me tomó muchos años encontrar a los míos. Ahora que ha pasado el tiempo y que he cometido demasiados errores, te leo. Y me alegro al saber que hay refugios para los acusados y señalados con el dedo. Refugios que ahora ya no necesito (o quizas si?) pero que busqué, sin éxito, la mayor parte de mi vida tropical.

Me identifiqué tanto contigo... yo también fui rechazada, criticada, lapidada con sinónimos de mesalina por tener un pasaporte diferente, usar esmalte de uñas negro y vestirme de fluorescente, en lugar del gris del uniforme. Yo tampoco aprendí nunca a sentarme "bien" y pasmé a los vecinos con la indiscresión de mis besos.

Creo que has despertado a la mandrágora en mi, que grita "justicia" y me obliga a escribir. Este escrito es para ti. Gracias, GRACIAS por compartir.

Carta a Lauri García Dueñas, después de leer "Treinta"

viernes, 5 de febrero de 2010

Mi corazón va a estallar... (BKK may 07)

Los ultimos dias han sido un regalo maravilloso... El trabajo es tan maravilloso como Bangkok... sino más... Me he dado cuenta de que, sin darme cuenta, estoy viendo a la Divinidad en los ojos de todos... De algunas personas más, supongo que es debido a su energia personal. Mucha gente se sorprende al ver como les sonrío. Si supieran lo que estoy pensando en ese momento, quizás no se asustarian tanto (o se asustarían más). Por ejemplo, esta tarde, miraba a una de las mujeres africanas con quien trabajo, y la veia tan linda, tan dulce, tan inocente, perfecta sin darse cuenta... La miré con mucho amor y me vio y le sonreí, noté que se incomodó... No lo entendió.
Estoy trabajando aqui en un tema muy especial. Hablamos de género, de diversidad, de igualdad. Hay participantes que hacen un trabajo tan lleno de significado, realmente viven sus vidas como una ofrenda. Al escucharles de pronto siento que la vida que llevo es tan insignificante. Me pregunto si podría yo también dedicar mi vida a una causa más grande, a otros, y que si podría, aunque claro, tendría que renunciar a muchas cosas, y esto no es una decisión que uno toma a la ligera. Me siento anciana al decir esto... pero es la verdad.
Ahora tengo que confesarles algo: En este viaje, me he enamorado total y profundamente... de al menos dos mujeres increibles. Una es árabe, palestina, se llama Iman y ha fundado un teatro interactivo con las comunidades de la orilla oriental de Gaza para enfrentar temas delicados como por ejemplo el incesto, o algo llamado Honor Killing. Explico: en Palestina, sobretodo despues de la segunda intifada, ha crecido mucho el resentimiento y las familias se han cerrado mucho. Por eso han empezado a casar a sus hijas a partir de los 15 años, y muchas veces antes. Frecuentemente la chica no está de acuerdo y huye. Entonces, un miembro de su familia va a buscarla y la mata, para salvar el honor de la familia. Lo trágico es que no existen verdaderos castigos para el asesino, sobretodo si es menor de edad, por lo que las familias mandan a los hermanitos a matar a su hermana. Imaginen el desgarro, las heridas, el daño emocional... Es espantoso. Pues a traves de sus obras, Iman logra hacer que las personas enfrenten lo que ocurre y que ofrezcan soluciones para ir cambiando las relaciones. Es un trabajo muy valioso, más allá de lo que yo pueda lograr comunicar en palabras.
Cuando acabó la sección en la cual Iman presentó, quise buscarla para felicitarla por su trabajo, y la encontré sola, tomando café. Me acerqué, lista para darle mi discurso más elocuente, pero al verla perdí las palabras y únicamente pude tomarla en mis brazos - es mas pequeña que yo - y abrazarla, y, muy para mi verguenza, me puse a llorar. Ella, en toda su maravillosidad, me abrazó fuertemente de vuelta. Le dije "gracias" y sentí cuanto la amaba. Ella si entendió. Desde entonces hay una complicidad especial entre nosotras.
Luego esta Kamla, una mujer mayor, al menos de la edad de mi madre. Es una feminista que ha trabajado muchisimo en India, en Naciones Unidas, y en otros lados, ha escrito muchos libros denunciando el patriarcado y como ha herido tan profundamente a hombres y a mujeres por igual. ¡Ella es increible! Si tan solo pudieran escucharla hablar. Tiene una pasión tan fuerte. Siento un afecto enorme por ella, no sé ni porqué ni como. Pero lo hermoso de esto es que aparentemente es mutuo. Cuando me mira me abraza, me toma del brazo, me sonríe, siento que me aprecia también, como si de alguna manera nuestros corazones se comunicaran sin palabras. Esta mañana, en el desayuno, nos sentamos juntas y me habló de su hijo gravemente invalido y de su hija, que se suicidó el año pasado a los 28 años. Habla sin dolor, con el "matter of factness" de los que conocen el sufrimiento y saben que nada puede borrarlo ni cambiarlo y que no queda más que aceptarlo.
Siento el deseo de soltarlo todo y seguirla por el mundo apoyándola en su trabajo, no sé que me ha pasado, pero escucho como el trabajo de estas mujeres resuena en mi corazón, en el tejido mismo de mi alma, no sé porqué, pero mi vida de repente es nueva. No soy la misma de antes, y siento miedo de volver a El Salvador y de perder esta inspiración, esta vibración tan poderosa que siento en mi interior. No se como ver esto sin ver a la Divinidad, al Espiritu, al Universo, a Dios, trabajando dentro de mi, transformando, espero.

No me llamen psicopata, si estoy enferma, es de amor. Amor profundo e infinito por los seres sintientes a mi alrededor. Quisiera tener más fuerzas, quisiera ser enorme e invencible para poder volar y ser como Iman, como Kamla, como Lex, Audelino, Madhuri, Esther y tantos más que he conocido aquí y cuyas vidas hacen una diferencia...
No puedo separar esto de lo que siento cuando voy al Templo que está en la esquina de mi hotel. Siento el corazón ya no en mi pecho, sino tan grande que rompe con los límites físicos y rodea mi cuerpo... Es algo muy hermoso.

Amo el amor

amo el amor que se ríe, campanitas en el sol,
se ríe y tintinea, y te llena como el pan;
amo el amor que se entrega como lámpara,
se da y se reinventa para volver a entregar;
amo el amor que se recibe como aire,
no espera nada pero se alegra
y ríe, y da y abraza feliz,
feliz y agradecida de que tu estás.

para ti que no lo sospechas :)