miércoles, 23 de septiembre de 2009

Abriendo caminos

Esta mañana entré a la ducha sintiendome un poco intelectual, y como música de fondo elegí a Björk (quizás este sea un buen momento para informarles que en mi vida SIEMPRE hay música de fondo. Qué los demás la escuchen o no, es irrelevante, pero en este caso, sí la escuchaban.). Todo iba bien, el jabón burbujeaba contento cuando sonó la siguiente canción de la lista. Era Diego Torres cantando a dúo con Juan Luis Guerra "Abriendo Caminos". Inmediatamente cambió mi entorno, era un poco como si se hubiera encendido una bola disco arriba de la ducha, los reflejos cristalinos en las bombas de jabón, no sé... el hecho es que terminé de bañarme bailando.

¿Cómo puede empezar mal un día después de una ducha bailable? Todo parece tener solución, los mandados por hacer parecen ser menos y la ruta se diseña en mi mente fresca, iluminada, y sin tráfico; las cuentas por pagar se aligeran, disminuyen y se cubren... Todo se puede. Me siento lista para empezar, para continuar, para terminar. Siento que mi corazón se pinta "color esperanza" como dice Diego y me sorprendo deseando que "llueva café en el campo" como canta Juan Luis. Entiendo entonces la responsabilidad que compartimos todos de entregar a los demás alegría, sonrisas, ánimos, voluntad, fe, compañía. Y pienso en todas las caras largas que encontramos a lo largo del día, la gente aburrida, la gente dolida, la gente enojada, la gente con miedo, la gente gris... ¿cómo ayudarles a llenarse de color?

Una cosa está clara: yo no quiero ser parte de la "gente triste", quiero ser de las "que no paran de brillar".

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