viernes, 24 de diciembre de 2010

La Duda

En un país bañado de sol, cubierto de volcanes y playas hay una ciudad.
En la ciudad llena de autos, calles y gente que corre por doquier hay una casa.
En la casa llena de muebles, de espejos y de cuadros hay un jardín.
En el jardín lleno de flores, de grama y de luz hay una banca.
Sobre la banca tallada en madera fina está sentado un hombre.
Dentro del hombre claro, fuerte y dulce hay un corazón.
En este corazón que late día a día sin nunca parar hay una duda.
La duda que se queda, la duda que come, bebe y engorda y crece.
Crece y crece como una nube, como un niño, como un árbol.
Crece y crece sin parar. Su sombra se disemina e inunda el corazón del hombre.
Crece y cubre la banca de madera fina tallada, el jardín, sus flores y su grama,
la casa, con sus muebles, sus espejos y sus cuadros,
y la ciudad, con sus autos, sus calles, y la gente que corre por doquier,
y el país, con sus volcanes, sus playas y su sol.
Cubre todo y lo oscurece, desde el corazón de un hombre claro, fuerte y dulce que siente y alimenta sin pensar... la duda.

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