domingo, 7 de febrero de 2010

"Mujeres como nosotros"

Querida Lauri:

¡Estoy encantada de leerte!!! Que buena autobiografia! Cuánto hubiera querido conocerte cuando desembarqué en El Salvador, adolescente y herida de muerte. Vine de París, donde habia vivido toda mi corta vida, y me encontré de repente vestida de negro y de duelo, encerrada en Santa Ana como Rapunzel en su torre, pero sin trenza que me ayudara a escapar. Y, a pesar de que le abrí la puerta a cuanto príncipe aparecía, sin importar que se convirtieran todos en sapo con el primer beso, ninguno logró salvarme - francamente, dudo que alguno pudiese.

Mis dias como princesa de cuento de hadas fueron contados - 365 - pero nunca encontré "gatas locas", las sectas de salvación para las indómitas y contrarias aún no existían entonces. Siento que cumplí mi destino o demasiado tarde o muy temprano pues me tomó muchos años encontrar a los míos. Ahora que ha pasado el tiempo y que he cometido demasiados errores, te leo. Y me alegro al saber que hay refugios para los acusados y señalados con el dedo. Refugios que ahora ya no necesito (o quizas si?) pero que busqué, sin éxito, la mayor parte de mi vida tropical.

Me identifiqué tanto contigo... yo también fui rechazada, criticada, lapidada con sinónimos de mesalina por tener un pasaporte diferente, usar esmalte de uñas negro y vestirme de fluorescente, en lugar del gris del uniforme. Yo tampoco aprendí nunca a sentarme "bien" y pasmé a los vecinos con la indiscresión de mis besos.

Creo que has despertado a la mandrágora en mi, que grita "justicia" y me obliga a escribir. Este escrito es para ti. Gracias, GRACIAS por compartir.

Carta a Lauri García Dueñas, después de leer "Treinta"

1 comentario:

  1. Interesante articulo.. yo que vengo de esas tierras.. y que viví la prisión de Santa Ana. me quedo en silencio con tu post..

    Un abrazo
    Saludos fraternos..

    Que la semana que comienza sea de las mejores..

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