lunes, 14 de febrero de 2011

Lo que dejo atras

12.05.09

A menudo me pregunto cual es el siguiente paso y donde me llevará ahora el camino. Tal me parece que mi vida es un cambio continuo y también que no alcanzo un lugar en el cual reposar. No reposo porque cuando encuentro la paz no tarda la vida en distraerme. Aparece ante mi una persona que me enamora y ante la cual no logro dudar.

Quisiera encontrar dentro de mi el agujero primordial. Donde se encuentra toda la raíz de mi angustia y de mi dolor. Toda mi sed de amor que hace que me pierda en una mirada, debido a las ganas que tendo de estrechar mi corazón en los brazos de otro. Y me siento incompleta porque no lo logro. Porque no se quedan, porque no me elijen.

Sé que me falta sin duda solidez pero no comprendo porque me elude con tanto afán el amor.
Examino mis relaciones y el largo camino recorrido. Tantos maestros me han besado y luego se han llevado sus besos lejos de mi. No sé que es lo que más duele, si el estar sola desde hace tanto tiempo, o el hecho de que no me amen. Esto último creo, pues el solo hecho de escribir las palabras hace que mis ojos se llenen de lágrimas.

Quisiera entender porque me es negado el gozo de escuchar a mi ser amado decirme las palabras "te amo" y me pregunto qué he hecho mal.

Me duele en este momento el rechazo de uno que creí poder amar. Claro que elegí librar una batalla, una batalla en nombre de mi verdad más alta, el amor que hay en mi y que he visto a veces iluminarse en sus ojos, pero que no ha querido darme. Una batalla que al fin nadie me pidió que librara, una batalla que me consume día con día y que pierdo sin gloria. Mi dolor es discreto. Calladito llega a mi corazón. Y entonces dudo...

Me miro al espejo y me gusta lo que veo. Hablo con mi mente y me gusta lo qeu escucho. Siento mi corazón y me gusta su respuesta. Y no comprendo porque aquel que amo no puede amarme. A pesar de todo esto y aquello. A pesar de todo. Y lloro.

Ya no me averguenzo de mis lágrimas. Son como un idioma conmigo misma, como una forma de hacerme cariño, permitiendole al dolor derretirse y salir de mi. Mis lágrimas son discretas. Son silenciosas y me alivian. Sin palabras ni ruido gritan mi dolor, se llevan la desesperación y la angustia, y este maldito miedo a la soledad que me aleja de todo y hasta de mi.

Siento mi vida incompleta y necesito un abrazo. Que venga alguien y contenga esto que ya no logro retener. Un abrazo de madre, de hermano, de amiga.

Me siento incapaz de cumplir con lo básico, las ganas se me van y se desvanece mi fuerza... pero es temporal y pronto estaré de nuevo en pie enfrentandome a mi misma y a mi soledad.

Quisiera encontrar en mi la fuerza de amar enteramente lo que tengo. Mi familia sin pareja, mi vida imperfecta, mis miedos y mis dudas. Quisiera sentirme plena y no desear que fuera diferente. Pero me siento egoísta por no poder dar más.

Tengo una vida hermosa pero por alguna razón mi deseo más ardiente es compartirla y no entiendo porque no he logrado que sea así. Cada viaje, cada comida, cada historia insólita, cada anecdota, cada chiste... siento que sería mejor si pudieras estar "tu", seas quien seas, pero que quieras estar, que quieras compartir, que me elijas a mi.

Y lo que más me duele es precisamente eso... todo lo que yo quiero dar y que aparentemente nadie quiere recibir. Tengo mucho amor adentro, besos, abrazos, cariños, cocina, manjares, sorpresas, cuidados, sexo, viajes, cajas de maravillas y lugares esplendorosos... Y me duele que los rechacen, que no me quieran, que me abandonen.

Me duele...



Tengo un corazón sencillo, pero se muere sin dar amor.

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