martes, 15 de junio de 2010

Aire de Libertad

Llegamos al Lago de Atitlán por la carretera de Patzul Patzicia, vengo de Pachitulul, de la casa de María Renee y la vista es asombrosa, vemos el lago brillando bajo los rayos del sol, vemos las nubes en el cielo partiéndose para permitirle a la luz darnos el espectáculo maravilloso del agua, como un espejo, reflejando la belleza del cielo, y como si se tratara de un escenario renacentista, de un mural de Miguel Ángel, vemos la luz solar atravesar las nubes y caer, como gracia divina, sobre las olas.

No solo es un buen augurio. Mis amigas ríen y cantan, la armonía, la música, la belleza, todas nos pertenecen. Llegamos a la playa de Panajachel, ahí están los amigos, Gabi, Daniel, Guido, Michel… Abrazos, reencuentros, afecto, risas y besos. Pronto la música, el baile, la convivencia y la alegría.
Un fin de semana en Panajachel, con los amigos, amigos alegres, amigos libres, amigos auténticos y espontáneos…

Gracias por tu luz Atitlán, ahora entiendo todo. No soy un ser aislado, soy un ser conectado, que se reúne con los demás que han decidido dejar atrás los condicionamientos, y encontrarse a sí mismos en la originalidad que ofrece la comunidad del lago.

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