martes, 15 de junio de 2010

La Paciencia

Dicen que la paciencia es la madre de todas las virtudes. Si esto es cierto, seguramente me estoy volviendo muy virtuosa. Últimamente me han dicho que soy muy paciente. Esto me ha sorprendido placenteramente, pues sé que han sido muchas las oportunidades que la vida ha tomado para darme lecciones de paciencia.

Al final creo comprender que las cosas caen por su propio peso y que no hay nada que yo pueda hacer que acelere las cosas o asegure que obtendré el resultado que deseo o busco. Al contrario, es claro y evidente que siempre que he querido apresurar las cosas en cualquier ámbito, he perdido el control de la situación y en vez de alcanzar mis metas, he chocado contra la pared de la frustración.

He visto como al no apurar las cosas, al tener paciencia, he descubierto mis propias ambivalencias y la sabiduría de mantener una actitud abierta a todo y enfocada en nada.

En este momento me encuentro intentando conectarme al internet desde hace aproximadamente 7 horas sin ningún éxito. Me sorprende mi insistencia, y me he dicho a mi misma que responde a mi impaciencia, pero en realidad se trata de perseverancia. Si pudiera aplicar esta actitud a todos los bloqueos que se dan en la vida, seguramente lograría conseguir mis objetivos con mayor frecuencia. Es la constancia suave, sin insistencia agobiante.

Pienso en la imagen de una mujer embarazada, que ve pasar las fases de la luna y sabe que nada que haga, piense o diga tendrá impacto alguno sobre la duración de su condición. Ella simplemente acepta la situación, la espera y cierra pacíficamente los ojos, con una mano sobre su hinchado vientre, sintonizando los ritmos internos de su cuerpo, y olvidándose de las prisas.

Esta es la filosofía que debo adoptar en cuanto a mi deseo más profundo, que es el de encontrar una pareja con la cual crecer y compartir una vida con propósito.

Pero sé que debo tener la capacidad para esperar por el momento y por el hombre indicado. Tranquila. Viene en camino.

1 comentario:

  1. completamente de acuerdo. a veces la paciencia es el primer paso, o el último. Verdaderamente creo que es cuestión de dejar de mirar el punto donde mirábamos y levantar la mirada. Tenemos un espacio infinito para recrearnos y recrear a los demás y pasamos la vida inmersos en el mismo estanque. Cuando salimos de la ignorancia es que nos abrimos a la infinidad de oportunidades que están ahí, no para tomarlas, sino para amarlas. Ciertamente creo que el amor no es recíproco, porque amar es sublime y evidentemente, habrán seres que tomen el amor porque lo necesiten, y habrán seres que otorguen amor a quien lo necesite. El amor, creo que llega cuando ninguno de los seres lo necesita.

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